El linfoma no Hodgkin, también conocido como linfoma no hodgkiniano, consiste en un término usado con el propósito de definir numerosas clases de cáncer, las cuales además de compartir características, suelen empezar con un tipo de glóbulos blancos denominados linfocitos.
¿Por qué destaca este linfoma?
El mismo destaca por encontrarse ubicado dentro del sistema linfático, el cual está formado por los vasos linfáticos, la linfa, las amígdalas, el bazo, los ganglios linfáticos, la médula ósea y el timo.
Por lo general, se presenta en las personas adultas, sean hombres o mujeres, aunque suele desarrollarse con mayor frecuencia en los hombres; y existen igualmente casos en los que ha sido registrado en niños.
De acuerdo con datos recopilados por la Sociedad Española de Oncología Médica, dentro de España el linfoma no Hodgkin se encuentra en el puesto número 9 de causas de muerte por tumor; no obstante, cabe señalar que la tasa de mortalidad de dicho tumor se encuentra reduciéndose.
Hay múltiples tipos de linfomas no Hodgkin y entre sus principales clasificaciones (agrupaciones) destaca la velocidad con la que el cáncer se propaga, la cual suele ir desde escasa malignidad o bajo grado (lento desarrollo), pasando por grado intermedio hasta grado alto (rápido desarrollo).
Igualmente, conviene mencionar que el linfoma no Hodgkin es agrupado según la forma en que lucen las células al ser vistas a través del microscopio, al igual que por la clase de glóbulos blancos de la cual se origina y, de acuerdo a si hay o no determinados cambios en el ADN presente en las propias células tumorales.
¿Qué es linfoma no Hodgkin?
Un linfoma se trata de una maligna proliferación de linfocitos (los cuales consiste en células defensivas que forman parte del sistema inmunitario), generada normalmente en los ganglios o nódulos linfáticos; aunque en algunos casos suele afectar igualmente otros tejidos, entre los que se encuentran tanto el bazo como el hígado, etc.
Dicho de otra manera, se caracteriza por ser un cáncer que se produce dentro del tejido linfático.
A lo largo de su desarrollo suele tener lugar una disminución del funcionamiento del sistema inmunitario, es decir en las células que se encargan de defender el organismo, lo cual podría llegar a alcanzar un nivel crítico mientras más se extiende la enfermedad.
Aparte de ello, cuando la médula ósea se encuentra afectada, es posible padecer también anemia o algunos otros cambios con relación a las células sanguíneas.
Cabe mencionar que anualmente, el linfoma suele afectar unos 3-6 individuos entre cada 100.000 personas; y que la edad media durante la cual se desarrolla dicho padecimiento suele ser después de los 60 años.
Síntomas
Es posible que el linfoma no Hodgkin produzca numerosos síntomas distintos según el tipo del linfoma y la zona del cuerpo donde se encuentre ubicado; del mismo modo que existen ciertos casos donde posiblemente no aparezca ningún síntoma hasta que la enfermedad este muy avanzada.
Hay que aclarar que presentar uno o varios de los síntomas que mencionaremos más adelante, no quiere decir que definitivamente se padezca de linfoma no Hodgkin; en realidad, resulta más posible que varios de los síntomas aparezcan como resultado de otras afecciones, por ejemplo, alguna infección.
Sin embargo y al tener alguno de los siguientes síntomas, lo más conveniente es consultar a un médico especialista a fin de que el mismo logre establecer la causa y recete el tratamiento más adecuado. Ahora bien, los síntomas más comunes suelen ser los siguientes:
- Escalofríos.
- Cansancio o una fuerte sensación de agotamiento.
- Inflamación en los ganglios linfáticos.
- Disminución del peso.
- Sensación de llenura tras ingerir una pequeña porción de alimentos.
- Inflamación de la zona abdominal.
- Problemas para respirar correctamente o tos.
- Presión y/o dolencias en el pecho.
- Infecciones constantes o severas.
- Propensión a desarrollar moretones y/o tener sangrados con facilidad.
- Varios pacientes con linfoma no Hodgkin también suelen desarrollar lo que se denomina como síntomas B, que serían los mencionados a continuación:
- Sudoración copiosa a lo largo de la noche.
- Fiebre, que puede presentarse de manera intermitente por algunos días o semanas, aunque no exista una infección.
- Pérdida involuntaria de peso, llegando a perder alrededor del 10% del peso corporal en aproximadamente 6 meses.
Causas
En la actualidad no se conocen las causas por la que se desarrolla un linfoma, excepto en ciertos casos donde es relacionado con una infección causada por ciertas bacterias, como por ejemplo, la borrelia o helicobacter pylori; al igual que por un virus como lo es el Epstein-Barr .
Los especialistas vinculan igualmente el linfoma con factores como insecticidas, tintes para el cabello y radiaciones ionizantes, aunque no ha sido posible obtener evidencias definitivas. Asimismo, hay que mencionar que otros factores de riesgo son los siguientes:
Edad
La mayor parte de las personas que padecen linfoma no Hodgkin tienen más de 60 años.
Sexo
El linfoma no Hodgkin varía dependiendo del tipo de cáncer, pero es más común en hombres.
Etnicidad y ubicación
Las personas americanas, asiático-americanas y afroamericanas tienen menos riesgo de padecer esta enfermedad en comparación con las personas caucásicas estadounidenses; de igual manera, hay que decir que suele desarrollarse con mayor frecuencia dentro de los países desarrollados.
Cómo tratar el linfoma no Hodgkin
Es preciso recibir un diagnóstico acertado y someterse a un adecuado estudio de extensión para obtener todos los datos esenciales para determinar el mejor tratamiento. Dentro de los tratamientos más usados están los mencionados a continuación:
- Quimioterapia convencional.
- Agentes alquilantes.
- Trasplante hematopoyético.
- Rituxima
- Radio – Quimioterapia.